Escritura Pictográfica

Origen de la Escritura Pictográfica

Los orígenes de la escritura pictográfica se sitúan en el Paleolítico, cuando el ser humano empezó a realizar arte rupestre, es decir, pinturas o grabados sobre las paredes de las cuevas. Estas representaciones tenían un fin mágico-religioso, ya que se creía que al dibujar a los animales se podía influir en su caza o en su reproducción. Sin embargo, estas imágenes no se consideran escritura propiamente dicha, sino protoescritura, ya que no tienen un sistema de signos establecido ni una intención comunicativa clara.

El primer paso hacia la escritura pictográfica se dio en el Neolítico, cuando el ser humano empezó a cultivar la tierra y a domesticar animales. Esto supuso un cambio en su forma de vida y en su necesidad de registrar información. Así, aparecieron las primeras marcas numéricas o contables, como los nudos en las cuerdas o los trazos sobre huesos o tablillas de arcilla. Estas marcas servían para llevar la cuenta de las cosechas, los animales o los impuestos. Sin embargo, estas marcas tampoco se consideran escritura propiamente dicha, sino preescritura, ya que no representan conceptos ni palabras.

El verdadero origen de la escritura pictográfica se sitúa en Mesopotamia, alrededor del año 3500 a.C., cuando los sumerios empezaron a utilizar pictogramas para representar objetos o conceptos sobre tablillas de arcilla. Estos pictogramas eran dibujos simples y realistas que imitaban la forma de lo que representaban. Por ejemplo, un círculo con un punto dentro era el sol, una línea curva era el agua o una cabeza con cuernos era un toro. Estos pictogramas tenían un valor icónico y semántico, es decir, se parecían a lo que representaban y tenían un significado específico. Además, tenían una intención comunicativa clara y un sistema de signos establecido.

Evolución de la Pictografía

La escritura pictográfica evolucionó con el paso del tiempo y dio lugar a otros sistemas de escritura más complejos y sofisticados. Esta evolución se puede resumir en tres etapas:

1. Primera etapa: simplificación

Los pictogramas se fueron simplificando y estilizando para facilitar su trazado y su lectura. Así, los dibujos perdieron detalles y se convirtieron en signos más abstractos y esquemáticos. Por ejemplo, el sol pasó de ser un círculo con un punto dentro a ser solo un círculo.

2. Segunda etapa: fonetización

Los pictogramas se fueron asociando a sonidos o sílabas de la lengua hablada. Así, los signos adquirieron un valor fonético y no solo semántico. Por ejemplo, el signo del sol podía representar tanto al sol como al sonido /sol/ o a la sílaba /so/. Esto permitió ampliar el vocabulario y expresar conceptos más abstractos o complejos.

3. Tercera etapa: combinación

Los pictogramas se fueron combinando entre sí para formar palabras o frases. Así, los signos adquirieron un valor sintáctico y no solo fonético o semántico. Por ejemplo, el signo del sol y el signo del agua podían combinarse para formar la palabra /sola/, que significa río en sumerio.

Familias

Estas etapas se dieron de forma diferente en cada cultura y región. Así, podemos distinguir tres grandes familias de escritura que se originaron a partir de la escritura pictográfica:

• La familia cuneiforme. Se desarrolló en Mesopotamia y se extendió por el Oriente Próximo. Se caracteriza por el uso de signos en forma de cuña que se hacían con un estilete sobre tablillas de arcilla. Los signos podían ser pictogramas, ideogramas (signos que representan conceptos) o fonogramas (signos que representan sonidos). El ejemplo más conocido es la escritura cuneiforme sumeria, que se considera la primera escritura propiamente dicha de la historia.
• La familia jeroglífica. Se desarrolló en Egipto y se extendió por el norte de África y el sur de Europa. Se caracteriza por el uso de signos en forma de dibujos que se hacían con pincel sobre papiro, piedra o madera. Los signos podían ser pictogramas, ideogramas o fonogramas. El ejemplo más conocido es la escritura jeroglífica egipcia, que se considera la primera escritura pictográfica propiamente dicha de la historia.
• La familia logográfica. Se desarrolló en China y se extendió por el este de Asia. Se caracteriza por el uso de signos en forma de caracteres que se hacían con pincel sobre papel, seda o bambú. Los signos podían ser pictogramas, ideogramas o fonogramas. El ejemplo más conocido es la escritura china, que se considera la única escritura pictográfica que ha sobrevivido hasta nuestros días.

Ejemplos de Escritura Pictográfica

A continuación, vamos a ver algunos ejemplos de pictografías antiguas:

• El arte rupestre. Es el conjunto de pinturas o grabados que se encuentran en las paredes de las cuevas o en las rocas al aire libre. Se considera una forma de protoescritura o preescritura, ya que no tiene un sistema de signos establecido ni una intención comunicativa clara. Sin embargo, es una forma de expresión gráfica que utiliza imágenes para transmitir ideas o emociones. El ejemplo más conocido es el arte rupestre paleolítico, que data desde el 40.000 a.C. hasta el 10.000 a.C., y que representa principalmente animales, figuras humanas y signos abstractos.
• Los petroglifos. Son los grabados que se encuentran en las superficies planas de las rocas al aire libre. También una forma de protoescritura. Sin embargo, es una forma de expresión gráfica que utiliza imágenes para transmitir ideas o emociones. El ejemplo más conocido es el petroglifo norteamericano, que data desde el 10.000 a.C. hasta el 1500 d.C., y que representa principalmente animales, figuras humanas y signos geométricos.
• Los tótems. Son los postes verticales de madera tallada que se encuentran en las regiones del noroeste del Pacífico americano. Es una forma de expresión gráfica (protoescritura) que utiliza imágenes para transmitir ideas o informaciones sobre la identidad, la historia o la religión de un grupo social. El ejemplo más conocido es el tótem amerindio, que data desde el 1000 d.C., y que representa principalmente animales totémicos, antepasados o eventos históricos.
• Los glifos mayas. Son los signos que se encuentran en las estelas, los códices o las vasijas de cerámica de la cultura maya. Se considera una forma de escritura pictográfica, ya que tiene un sistema de signos.