Fábricas de Papel

Fábrica de papel higiénico - Wikimedia

Las fábricas de papel (o papeleras) son fábricas dedicadas únicamente a la producción de papel y productos relacionados con el mismo. Originalmente fueron una evolución de las fábricas de madera, que a principios del siglo XIX se transformaron lentamente en instalaciones dedicadas a procesar madera en formas adecuadas para la producción de pulpa de madera.

Los primeros talleres donde se creaba papel tenían poca maquinaria y funcionaban con mano de obra, energía animal o energía hidráulica (mencionada por primera vez a finales del siglo XIII en España). Esa energía se dirigía a las máquinas o herramientas que machacaban las astillas de madera para convertirla en pulpa que estaba lista para ser prensada en moldes en forma de hoja para crear láminas de papel individuales.

El auge de los molinos de agua hizo que cada vez fueran más comunes cerca de cursos de agua para aprovechar la fuerza de las corrientes en distintos trabajos: canalización de agua, molienda de harina, batido de tejidos (batán) o el amartillado automático en herrería. Algunos de esos molinos se convirtieron en candidatos perfectos para ser transformados en molinos de papel totalmente integrados.

Antiguo molino británico de papel accionado por agua - Paul Woolley Geograph.org.uk

El molino no integrado era aquel que sólo preparaba la madera para el procesamiento final que se realizaba fuera de la fábrica. El molino integrado tenía ambas instalaciones en un solo sitio, permitiendo una fácil producción de papel al recibir directamente los troncos de madera para convertirlos en astillas.

La utilización del molino supuso un gran revolución en el proceso de fabricación del papel gracias a la automatización de una tarea tan pesada como era crear la pulpa de papel. Durante siglos no hubo grandes innovaciones al respecto hasta la llegada de la máquina Fourdrinier.

Esta máquina industrial, hizo posible realizar grandes cantidades de papel de forma continua y rápida. Fue inventada por el francés Louis-Nicolas Robert y financiada por los británicos Henry y Sealy Fourdrinier de quienes recibe su actual nombre.

Los primeras papeleras, según su concepción moderna, que estaban equipadas con las máquinas Fourdrinier, surgieron en Frogmore, Hertfordshire en 1.803. A partir de ese momento, las fábricas de papel comenzaron a surgir por toda Inglaterra, Europa continental y Nueva Inglaterra en los Estados Unidos, extendiéndose lentamente al resto del mundo.

La capacidad recién descubierta de crear grandes cantidades de papel supuso una nueva revolución de la industria papelera, que durante siglos e incluso milenios (con exclusión de China y los países árabes) se ha había visto limitada a la producción de papel de calidad hecha a partir de pieles de animales (pergamino o vitela) y en mucho menor grado en papiro, que rara vez se utilizaba en Europa.

A principios del siglo XX se establecieron fábricas de papel que redujeron drásticamente las zonas boscosas de Europa y los Estados Unidos, siendo las más famosas las de New Hampshire (un estado cerca de la frontera de Canadá), propiedad de la Brown Company. Sólo durante 1.907, esta empresa fue responsable de talar entre 12 y 16 millones de hectáreas de bosques.

Estas papeleras se alimentaban de los troncos que se cortaban río arriba y se conducían a través de la corriente a las zonas de recolección cerca de las fábricas. Recientemente, a principios del siglo 21, estos tipos de papeleras se han convertido en gran medida en una cosa del pasado. En cualquier caso sirven como ejemplo del gran impacto que la industria papelera ha producido en el medio ambiente.