Historia de la Plumilla

Plumilla con fotos y cartas viejas

La plumilla (también llamada simplemente “pluma”) es un instrumento de escritura que consta de dos partes: una punta metálica llamada plumín y un mango donde colocar dicha punta llamado portaplumas o palillero. Las plumillas son el paso lógico intermedio entre el cálamo o la pluma con respecto a la más moderna estilográfica.

El plumín se sumerge en el tintero y se impregna de tinta que luego es vertida lentamente por el diseño de la punta mientras se escribe. El desempeño de las plumillas y su mayor duración acabaron por convertirlas en la opción más popular, sin embargo en la antigüedad, su fabricación era excesivamente compleja por lo que no fue hasta la Revolución Industrial que esta herramienta se convirtió en un objeto más asequible y común.

Los primeros plumines estaban hechos de cobre pero actualmente son de acero. Tienen una ranura central que lleva la tinta desde un orificio de ventilación hasta el papel. Su funcionamiento se basa en el efecto de la gravedad y la acción capilar (la leve fuerza que mantiene al agua unida). Los portaplumas primitivos se fabricaban de madera o hueso, pero con el paso del tiempo empezaron a usarse también metal, vidrio y plástico.


Origen de las Plumillas

No se sabe el inicio exacto pero los plumines de metal más antiguos encontrados pertenecen en época y lugar al Antiguo Egipto. Entre las ruinas de Pompeya se encontró una de estas puntas de cobre que fue datada en el año 79 de nuestra era. No obstante, la baja calidad y diseño de estas primeras plumillas, no podía competir con los cálamos y las posteriores plumas.

Invención del Plumín

Hay recortes del periódico The Times que anunciaba en 1792 un nuevo invento y hablaba de una pluma de metal. En 1803 se patentaba el diseño de una punta de metal para escritura, pero no se le dio uso alguno. En 1811, Bryan Donkin intentaría vender sin éxito su patente para la fabricación de plumas metálicas.

Cuando esta patente expiró en 1822, un oportunista John Mitchell de Birminghan comenzó a fabricar las plumillas en serie y fue entonces cuando su popularidad despegó. Este nuevo diseño era mejor que las plumas usadas durante siglos. Duraban más, eran todas iguales por lo que no había que hacerse al peso y forma de cada nueva pluma, y por encima de todo no se necesitaba habilidad para cortar las puntas ni perder tiempo en ello.

Plumilla con un plumín antiguo sobre carta

Evolución de la Plumilla

Los plumines empezaron a evolucionar en diversidad de características para adaptarse a distintos usos. No pasaría mucho tiempo antes que otros fabricantes de Birmingham, testigos del éxito de este pequeño objeto, se pusieran a fabricarlas también. Para 1860 ya había 1000 de ellos.

En Alemania, Heintze & Blanckertz comenzarían a fabricarlas en Berlín en el año 1842. Para la década de 1850, la mitad de todas las plumas se fabricaban en Birmingham. En España se harían populares de la mano de marcas como A. Fabre, Boira, Cervantinas, Campoamor, Daimar, Goya, Imsa, Jaer y Verabil.

Eran baratas y fáciles de producir. Se convirtieron en un bien asequible para aquellos que antes no podían permitirse herramientas de escritura. Sin duda sería uno de los factores determinantes para el desarrollo de la educación y la alfabetización mundial.

Su declive empezó con el nacimiento de la estilográfica en la década de 1920. Paulatinamente fue desapareciendo hasta quedar relegada a su uso en caligrafía, un tipo de artesanía que ha visto resurgir su aceptación en los últimos tiempos.

Tipos de Plumilla

La punta de la plumilla y el palillero se fabrican en gran cantidad de grosores y formas según el uso y el tipo de escritura del usuario.

De Punta Fina

Se recomiendan para esas personas con un tipo de escritura pequeña y clara, donde las líneas más delgadas evitan que los trazos se apelotonen. Son perfectas para cualquier tipo de papel. Son más versátiles ya que si se les ejerce presión, los gavilanes de la punta se separan permitiendo trazos más gruesos. Su mayor precisión, las hace aptas para dibujo técnico y entintado.

De Punta Ancha

Los plumines son más rígidos y son apropiados para personas con una escritura de mayor tamaño. Son más adecuadas también para una escritura más rápida lo que las convierte en opciones ideales para quien busca firmar con ellas. Su mayor flujo de tinta permite una escritura más suave.

Pluma Oblicua

La pluma oblicua es un tipo de portaplumas que se usa para caligrafía inglesa. Es ideal para crear letras en cursiva (con inclinación). Su diseño es muy llamativo ya que a diferencia de los palilleros rectos, este mango dispone de un brazo en ángulo que es donde se coloca el plumín.

Pluma de vidrio

Esta pluma está fabricada por completo de cristal. No hay parte separadas, por lo que plumín y portaplumas son un todo. Su principal curiosidad es que la punta tiene unas líneas espirales que conducen la tinta hacia la punta. Por supuesto, aunque son un instrumento completamente funcional, no disponen de la dureza de una plumilla de acero, por lo que no es una herramienta para escritura fuerte o adecuada para principiantes.

Plumilla de cristal o vidrio

Partes del Plumín

Al ser la parte más importante de la plumilla conviene detenernos en describir las distintas partes que la componen:

  • Cola o base: es por donde se afianza el plumín al palillero.
  • Cuerpo: la zona que es manchada de tinta.
  • El respiradero: Es el agujero central de donde parte la hendidura, permite intercambiar aire por tinta para que la tinte no se derrame sin control.
  • El canal o hendidura: se encarga de llevar la tinta para que llegue hasta la punta.
  • La punta o iridium: (antiguamente esta parte estaba hecha de iridio) es la única parte que toca el papel.
  • Hombros: cada una de las esquinas que da inicio a la punta.
  • Gavilanes: cada uno de los dos triángulos en que se divide la punta.
Partes del plumín

Accesorios de la Plumilla

Para escribir con este instrumento, se solía usar junto con otros accesorios para hacían más agradable la escritura:

  • Los cuadernos de cuero creaban una superficie que permitía que la punta metálica se "hundiera" levemente en el papel deslizándose con mayor facilidad.
  • El papel secante secaba la tinta y evitaba que se manchara el papel sobre el que se escribía.
  • El tintero es un recipiente hecho de vidrio, porcelana, plata, latón o estaño que contenía tinta en la que se sumergía el bolígrafo. Suele tener alguna tapa que evita el derrame y la contaminación de la tinta.
  • Los soportes de tinta tenían capacidad para dos tinteros, un lugar para plumines de repuesto y soportes para los portaplumas (normalmente dos asas para colocarlos en horizontal o agujeros verticales donde insertarlos). Algunos incluso tenían un hueco para el secante (una herramienta con forma de tampón que absorbía el sobrante de tinta).