László Bíró, Inventor del Bolígrafo
László József Bíró (1899 - 1985) fue el inventor del bolígrafo tal y como lo conocemos hoy en día. László Bíró nació en Budapest, Hungría. Trabajó como editor en los periódicos húngaros Hongrie-Magyarország.
Cuando escribía tenía problemas con la tinta de las plumas estilográficas porque se secaba lentamente y a menudo dejaba manchas. También se dio cuenta de que la tinta utilizada en las máquinas de impresión de periódicos se secaba rápidamente y no manchaba. Intentó llenar una estilográfica con tinta de impresión para ver si podía usarla para escribir, pero la tinta era demasiado viscosa y atascaba la pluma. Por tanto entendió que la tinta era buena, pero la pluma tenía que cambiar.
La idea del primer bolígrafo surgió de un diseño de 1888 de John J. Loud, un inventor de Weymouth, Massachusetts. Loud patentó un bolígrafo que tenía una bola de metal relativamente grande en la punta y que estaba destinado a ser utilizado en superficies en las que no se podía utilizar la pluma clásica de tinta, más específicamente estaba pensado para cuero. Este bolígrafo sin embargo, no era apto para escribir y no tenía valor comercial, por lo que la patente acabó caducando con el tiempo.
La idea de Loud sirvió de inspiración a László Bíró y a su hermano György, que era químico. Juntos comenzaron a investigar y realizar pruebas para tratar de crear un nuevo “tipo de pluma”. Al final, llegaron a la combinación perfecta: un nuevo tipo de tinta viscosa y un mecanismo de engarce para la bola con una esfera más pequeña. Con este diseño se impedía que la tinta se secara dentro del bolígrafo y controlaba el flujo de tinta.
El gran logro estaba en que la bola se colocaba en un engaste en la punta del bolígrafo y aún así, podía girar libremente, impregnarse de la tinta del depósito y dejarla como una línea en la superficie sobre la que rodase. Presentaron su pluma en la Feria Internacional de Budapest en 1931 y la patentaron en 1938.
En 1941 los hermanos Bíró (siendo judíos a principios de la Segunda Guerra Mundial) y un amigo, Juan Jorge Meyne, huyeron a Argentina. Allí formaron la empresa Bíró Pens en dicha nación y presentaron una nueva patente en 1943. Vendieron el bolígrafo en su nuevo país de residencia bajo el nombre de Birome (que proviene de Bíró y Meyne) y debido a su éxito, hoy en día los bolígrafos son conocidos en Argentina como Birome.
Durante la Segunda Guerra Mundial llegaría el contrato que les daría fama internacional. El Reino Unido quiso comprobar la buena factura de los bolígrafos Biro para su uso en aviones. Para las tripulaciones de la Fuerza Aérea Real (RAF) la decisión fue todo un éxito. Pudieron constatar que funcionaban perfectamente a grandes altitudes y en condiciones de baja presión sin sufrir derrames, algo que sí ocurre con las plumas estilográficas.
Marcel Bich, fabricante francés, compró a Bíró la patente del bolígrafo en 1950. Pronto se convirtió en el producto principal de su Compañía Bic. Bíró László murió en Buenos Aires en 1985 y Argentina celebra el Día del Inventor en su cumpleaños, el 29 de septiembre.
Hoy en día, muchos fabricantes fabrican bolígrafos que funcionan según el mismo principio inventado por Bíró, y en muchos países como el Reino Unido, Irlanda, Australia e Italia, los bolígrafos se denominan "biro" como una forma genérica de nombrar al bolígrafo por una marca. Desde entonces, el bolígrafo ha sustituido de forma mayoritaria a la pluma estilográfica porque es más fácil de usar, no tiene fugas y no requiere un mantenimiento especial. Además, pueden fabricarse con materiales baratos y venderse a un precio bajo y por ello, están disponibles para todo el mundo.